El Ejercicio Es una Parte Importante de la Prevención y el Cuidado del Cánce
Historia en Breve
El ejercicio es un componente importante en la prevención y cuidados para el cáncer; reduce drásticamente su riesgo de ocurrencia de cáncer, mejora sus posibilidades de tener una recuperación exitosa y disminuye su riesgo de recurrencia de cáncer
Un documental australiano sugiere que completar el ejercicio prescrito profesionalmente durante la quimioterapia y los tratamientos con radiación, duplica la probabilidad de supervivencia
Debido a que el ejercicio aeróbico le proporciona sangre sumamente oxigenada a sus tejidos, se cree que refuerza la eficacia de los tratamientos de quimioterapia y radiación
La primera vez que me percate de la relación que había entre el ejercicio y el cáncer fue hace casi 30 años, pero no tenía idea de por qué impactaría en la recuperación del cáncer. Inicialmente, sospeché que tener bajos niveles de resistencia a la insulina era la razón por la que esto funcionaba.
Sin embargo, después de escribir l ibro "Fat for Fuel" (Grasas como Combustible), reconocí que el ejercicio era uno de los indicadores más poderosos para PGC 1-alfa, que es el principal agente señalizador para que las mitocondrias se reproduzcan y se multipliquen, un proceso llamado biogénesis mitocondrial.
Como explico en mi nuevo libro "Fat for Fuel", al parecer la disfunción mitocondrial es la base fundamental de la mayor parte de los tipos de cáncer, y probablemente, cualquier cosa que lo aborde tenga un impacto favorable sobre el cáncer.
Si bien, el documental y los estudios analizados en este artículo apoyan el uso del ejercicio para prevenir y tratar el cáncer, el ejercicio no tiene tanta relevancia en comparación con lograr que su cuerpo queme grasas como su combustible principal, a través de una dieta cetogénica, como describe mi libro "Fat for Fuel".
El documental "Exercise and Cancer", producido por el programa de televisión Catalyst de Australian Broadcasting Corporation, destaca el uso de ejercicios específicos dirigidos a pacientes que padecen cáncer que reciben quimioterapia y radioterapia en el Instituto de Investigación de Medicina del Ejercicio (del área de Medicina del Ejercicio) en Perth.
El profesor Robert Newton--codirector del Instituto de Investigación de Medicina del Ejercicio--sugiere que la idea de utilizar el ejercicio junto con el tratamiento contra el cáncer proviene de las observaciones realizadas por los oncólogos de que, los pacientes a su cuidado, a menudo se pusieron demasiado enfermos y débiles como para combatir la enfermedad.
En el interés de aumentar la energía, reducir al mínimo los efectos secundarios y prevenir el deterioro físico adicional--para el efecto--la pregunta guía de Newton se convirtió en: "Si prescribimos un programa de ejercicios personalizado que nuestros pacientes puedan completar durante su tratamiento contra el cáncer, ¿haría alguna diferencia?"
De Qué Manera el Ejercicio Mejora los Resultados del Tratamiento Contra el Cáncer
Durante el ensayo de ejercicios presentado en el documental, los doctores en Medicina del Ejercicio se maravillaron de lo bien que les iba a sus pacientes. Los 38 pacientes que hacían ejercicio regularmente parecían experimentar una menor cantidad de los típicos efectos secundarios causados por la quimioterapia--particularmente menos náuseas y fatiga.
Los pacientes de Medicina del Ejercicio no solo hacían ejercicio en los días de tratamiento contra el cáncer, sino también tres días adicionales por semana. Con base en los resultados obtenidos hasta el momento, Newton destacó el valor de completar cualquier ejercicio--incluso un ejercicio sencillo--para ayudarle a vencer el cáncer. Él afirma que:
"Ahora, tenemos un mayor número de estudios de investigación que muestran que si las personas alcanzan cierto nivel de actividad física, que es relativamente modesto... tendrán más del doble de sus posibilidades de sobrevivir al cáncer".
Además, hacer ejercicio durante el tratamiento contra el cáncer ayudó a los pacientes a mantener sus niveles de masa muscular. En palabras de Newton, el paciente promedio que padece cáncer, pierde entre 10 y 15 % de su masa muscular, en función del tipo y duración de su tratamiento con medicamentos.
Sorprendentemente, los pacientes que participaron en el programa de ejercicios informaron poca o ninguna pérdida muscular; incluso, algunos aumentaron su masa muscular. Newton expone que:
"El beneficio, en términos de masa muscular, es absolutamente extraordinario, porque sabemos que no hay una intervención con medicamentos que realmente pueda evitar que disminuya la masa muscular. Lo único que lo hará es realizar un ejercicio muy específico, prescrito y personalizado".
El Ejercicio Debe Ser Parte del Tratamiento Estándar Contra el Cáncer
Al igual que la Medicina del Ejercicio, Macmillan Cancer Support del Reino Unido1 también ha presentado fuertes argumentos para incluir el ejercicio en el tratamiento estándar contra el cáncer.
Ellos recomiendan que cualquier persona que reciba atención médica contra el cáncer, haga ejercicio de moderada intensidad, durante dos horas y media por semana.
Solo asegúrese de recuperarse entre las sesiones de entrenamiento. El ejercicio causa daño y tener una adecuada recuperación es lo que realmente proporciona los beneficios.
El ejercicio es una parte vital en casi todos los programas de tratamiento contra el cáncer. Después de todo, hacer ejercicio podría ayudarle a superar los efectos secundarios más comunes del tratamiento convencional contra el cáncer, ya que se ha demostrado que:
Alivia la ansiedad, depresión, estrés y el estado de ánimo bajo
Refuerza la salud ósea
Desarrolla la fuerza muscular y aumenta el rango de movimiento
Alimenta su apetito
Le ayuda a dormir mejor
Mantiene un peso saludable
Previene el estreñimiento
Reduce la fatiga y mejora sus niveles de energía
Sustenta su salud cardiaca
Los Estudios Europeos Destacan el Valor del Ejercicio Para el Cáncer
Newton y su equipo encontraron útiles los resultados de dos previos estudios europeos enfocados en los méritos del ejercicio en el tratamiento contra el cáncer.
El primer estudio se realizó en Suecia,2 y fue publicado en 2013, en este participó un grupo de 10 hombres jóvenes sanos que hicieron ejercicio en una bicicleta durante 60 minutos, a una intensidad cada vez mayor.
Se obtuvieron muestras de suero sanguíneo de cada participante antes (suero de reposo) y después (suero de ejercicio) de hacer ciclismo.
Después de incubar el suero de ejercicio con células de cáncer de próstata durante 48 horas, los investigadores señalaron que en 9 de 10 muestras se suprimió el desarrollo de células cancerígenas.
La incubación de células cancerígenas con suero de ejercicio combinado con las 10 muestras, durante 96 horas, resultó en una inhibición del 31 % en el desarrollo de células tumorales, en comparación con el suero de reposo. Newton denomina el estudio de Suecia como "punto de referencia":
"[E]sto ha provocado que la comunidad científica exponga que, 'Hay algo que se produce sistemáticamente durante el ejercicio'.
Los músculos producen sustancias químicas que se dirigen hacia todas las partes del cuerpo, y realmente destruyen las células tumorales".
El segundo estudio3 se completó en Dinamarca, a principios de 2016, el cual involucra a dos grupos de ratones que padecían cáncer. A un grupo se le dio acceso ilimitado a una rueda para correr, mientras que el otro grupo no se le proporcionó el acceso.
El experimento se repitió en varios grupos de ratones que padecían cinco diferentes tipos de tumores, incluyendo el cáncer de hígado y pulmón, donde se obtuvieron los mismos resultados: La incidencia y crecimiento de tumores en los grupos de ratones que hicieron ejercicio, disminuyó en más del 60 %, en comparación con los grupos de ratones que no hicieron ejercicio.
Cuando los investigadores cortaron las células tumorales, descubrieron que los tumores de los ratones que hacían ejercicio contenían innumerables células asesinas naturales (NK) que trabajaban activamente para destruir el cáncer.
También, señalaron que durante el ejercicio se liberaron la epinefrina e interleuquina 6 (IL-6), lo que desencadenó la liberación y eficacia de las células NK.
Los autores del estudio comentaron que:4 "[E]stos resultados vinculan al ejercicio, epinefrina e IL-6 con la movilización y redistribución de células NK, y en última instancia con [el] control del crecimiento tumoral".
Los Efectos Positivos de Hacer Ejercicio Sobre el Cáncer de Seno
Natalie Mathews, una paciente que padece cáncer de seno, fue una de los participantes de la prueba de Medicina del Ejercicio presentados en el documental, aceptó sin dudar el programa de ejercicios recomendado por el instituto de investigación: "En ese momento, no estaba muy sana, ni tampoco tenía una buena condición física, así que pensé en intentarlo", ella dijo.
Mathews realizó su programa de ejercicio personalizado en el hospital de la clínica de ejercicios para residentes, ya sea antes o después de sus tratamientos contra el cáncer.
Dijo que, inicialmente su familia no estaba segura de que el ejercicio fuera una buena idea; pero, al igual que ella, finalmente reconocieron sus muchos beneficios:
"No pensaron que debía hacerlo. Ellos estaban un poco asustados porque me veía tan frágil y... sin cabello... Pero cuando me veían llegar a casa, todavía con energía, y no tumbada en el sofá, y sin presentar algunos de los típicos síntomas que los pacientes manifiestan, creo que ellos podían percibir los beneficios.
Lo crea o no ... [el ejercicio] me hizo sentir mejor. Me sentí mejor al final de cada sesión. Salía con un poco de esa energía adicional [y] un poco menos fatigada. Esto detenía o estabilizaba las náuseas".
Un estudio realizado en 20155 y publicado en la Revista del Instituto Nacional del Cáncer demostró que el ejercicio aeróbico desaceleraba el crecimiento de tumores de cáncer de seno en ratones, mientras que al mismo tiempo, sensibilizaba al cáncer aún más hacia la quimioterapia.
Mark Dewhirst, profesor de radioterapia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke y coautor del estudio, ha pasado años estudiando cómo aumentar el flujo de oxígeno hacia los tumores, con el objetivo de aumentar la eficacia de la quimioterapia y de los medicamentos para hacer la radiación:6
"Estuvimos realmente sorprendidos por estos descubrimientos. He pasado la mayor parte de los últimos 30 años tratando de averiguar cómo eliminar la hipoxia en los tumores, y he analizado una gran cantidad de enfoques diferentes—medicamentos, hipertermia y control metabólico.
Ninguno funcionó muy bien, y en algunos casos, empeoraron la situación. Por lo que los resultados obtenidos con el ejercicio son muy alentadores".
Oxigenar los Tejidos Podría Reforzar la Eficacia de la Quimioterapia y la Radiación
Con base en la premisa de que el ejercicio aeróbico ha demostrado aumentar el flujo de sangre sumamente oxigenada hacia los tejidos, Dewhirst y su equipo se dispusieron probar formalmente al ejercicio como un medio para alterar la hipoxia tumoral.
Después de implantar quirúrgicamente células de cáncer de seno de ratón en ratas (hembras), los investigadores encontraron que los tumores crecían más lentamente en los ratones que tenían acceso a una rueda de ejercicio, en comparación con los ratones que eran sedentarios.
Además, la densidad de los vasos sanguíneos pequeños que alimentaban a los tumores, en los ratones que hacían ejercicio, era aproximadamente 60 % más alta que la de los ratones sedentarios, lo que provocó que esos tumores fueran menos hipóxicos.
Debido a que la quimioterapia y la radiación funcionan mejor cuando el oxígeno está presente, este es un resultado digno de mencionar.
En función de los descubrimientos, Lee Jones--científico del ejercicio y Director del programa de investigación de cardio-oncología en la clínica Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en la ciudad de Nueva York, y coautor del estudio--validó al ejercicio como una terapia esencial para los pacientes que padecen cáncer de seno:7
"Hay un cuerpo de estudios, cada vez más mayor, que demuestra que el ejercicio es una terapia segura y tolerable asociada con mejoras en muchos resultados, como la condición física, calidad de vida y menor cantidad de síntomas, tales como la fatiga--en un sin número de tipos de cáncer, incluyendo al cáncer de seno.
En base a estos descubrimientos en ratones, ahora diseñamos estudios para probar si el ejercicio puede inhibir el crecimiento tumoral y el riesgo de recurrencia en humanos".
El Ejercicio Regular Podría Aumentar la Supervivencia del Cáncer de Próstata
Según un estudio realizado en 20168 por la Sociedad Americana del Cáncer, los hombres diagnosticados con cáncer de próstatatambién podrían beneficiarse al hacer ejercicio.
La investigación, en la que participaron más de 10 000 hombres, entre las edades de 50 a 93 años, que fueron diagnosticados entre 1992 y 2011 con cáncer de próstata localizado, reveló que:
Los hombres que realizaron la mayor cantidad de ejercicio antes de su diagnóstico tuvieron un 30 % menos de probabilidades de morir, en comparación con los que hicieron menos ejercicio
Los hombres que realizaron la mayor cantidad de ejercicio después de su diagnóstico tuvieron 34 % menos probabilidades de morir, en comparación con los que hicieron menos ejercicio
Por lo tanto, lo que ahora necesitamos son... médicos y profesionales de la salud que lo adopten y conviertan en un componente integral del control general en los pacientes que padecen cáncer".
Un estudio sueco realizado en 20149 sobre los efectos del ejercicio entre los hombres diagnosticados con cáncer de próstata, indicó que los hombres que tenían un estilo de vida activo alcanzaron tasas de supervivencia más altas que las de los hombres que eran sedentarios.
"En el caso de los hombres diagnosticados con cáncer de próstata hay un gran potencial en mejorar su propia supervivencia al ser físicamente activos", señaló Stephanie Bonn, autora principal del estudio, del Instituto Karolinska, en Estocolmo.10
Bonn y su equipo analizaron datos de 4 623 hombres de Suecia diagnosticados con cáncer de próstata en etapa temprana entre 1997 y 2002, incluyendo detalles sobre sus niveles de actividad física y la salud general de cada participante hasta 2012.11
Los hombres que hacían bicicleta o caminaban por lo menos 20 minutos por día, después de su diagnóstico, tuvieron un 39 % menos riesgo de morir a causa de cáncer de próstata, en comparación con los hombres que eran menos activos. Por otra parte, los hombres que hacían ejercicio diariamente, redujeron en un 30 % su riesgo de muerte por cualquier causa.
A menudo, a los hombres que reciben tratamiento para el cáncer de próstata se les recetan medicamentos antiandrógenos, lo que hace que esten letárgicos, aumenten de eso, y a veces experimentan pérdida de masa ósea, hasta el punto de desarrollar osteoporosis.
Hace ocho años, el equipo de Medicina del Ejercicio prescribió tres tipos de ejercicio a un grupo de hombres que realizaban una terapia antiandrogénica.
Un grupo solo hizo ejercicio aeróbico, otro grupo hizo ejercicio aeróbico junto con el entrenamiento de resistencia, y el tercer grupo hizo ejercicios de resistencia junto con un entrenamiento de impacto.
El trabajo de impacto estaba compuesto por brincos, saltos y saltitos. Cabe destacar que los hombres del tercer grupo mantuvieron o mejoraron su densidad mineral ósea, mientras que los otros perdieron, en promedio, un 3 % en un período de seis meses. Newton dijo: "Lo que anuló completamente la pérdida ósea fue la combinación de ejercicio de resistencia y la carga del impacto".
Un Gran Estudio Subraya el Valor del Ejercicio en Disminuir el Riesgo de Cáncer
Un estudio realizado en 2016,12 y presentado en la Revista de la Asociación Médica Americana, vinculó al ejercicio con un riesgo de cáncer esencialmente más bajo en 13 de los 26 tipos de cáncer examinados.
En la investigación participó un enorme grupo de 1.44 millones de hombres y mujeres de una docena de extensos estudios de cohortes europeos y estadounidenses prospectivos (los grupos de participantes que habían sido monitoreados durante varios años).
Se analizó la edad de los participantes, índice de masa corporal, sexo, datos autoinformados sobre el ejercicio, estatus de tabaquismo, y si procedía, los diagnósticos de cáncer, para determinar el efecto que había tenido el ejercicio en varios tipos de cáncer.
Durante el período de seguimiento fueron diagnosticados un total de 186 932 tipos de cáncer primarios, el cual tuvo una duración promedio de 11 años. Independientemente del peso de la persona o de sus antecedentes de tabaquismo, los datos sugieren que hacer actividad física reduce el riesgo de cáncer.
Por ejemplo, el ejercicio redujo el riesgo de cáncer de riñón en un 23 %, el cáncer de pulmón en un 26 %, el cáncer de hígado en un 27 % y el adenocarcinoma esofágico en un 42 %.
El Ejercicio Regular También Reduce el Riesgo de Recurrencia del Cáncer
Es bastante impresionante la cantidad de evidencia que sustenta que el ejercicio es un recurso para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer.
Por ejemplo, la investigación anterior ha demostrado que los pacientes que padecen cáncer de seno y de colon que hacen ejercicio regularmente tienen la mitad de la tasa de recurrencia, en comparación con los que no hacen ejercicio.13 De acuerdo con Ciaran Devane, Presidente ejecutivo de Macmillan Cancer Support:14
"Los pacientes con cáncer se sorprenderían si supieran cuánto les podría beneficiar, hacer una actividad física, en su recuperación y salud a largo plazo, en algunos casos reduce sus posibilidades de tener una agotadora prueba de tratamiento de nuevo. No necesita ser demasiado extenuante—hacer jardinería, salir a dar un paseo rápido o nadar, todo cuenta".
Pernille Højman--coautora del estudio de Dinamarca e investigadora del Centro para la Investigación de la Actividad Física de Copenhague--sugiere que:15
"Muchos estudios han demostrado que la calidad de vida mejora con el ejercicio; por ejemplo, a través de los estudios poblacionales sabemos que los pacientes que padecen cáncer, que son declarados sanos, tienen una mejor tasa de supervivencia cuando hacen ejercicio".
Si recibe un tratamiento contra el cáncer y considera hacer ejercicio por primera vez, es recomendable que primero consulte con su médico.
También, podría requerir buscar el consejo de un fisiólogo del ejercicio. En vez de un entrenador personal, necesitará un fisiólogo del ejercicio, quien trabaja con sobrevivientes de cáncer y pacientes que lo padecen.
Un fisiólogo del ejercicio tiene conocimiento acerca de los medicamentos contra el cáncer y los tipos de tratamiento que experimenta. De esta forma, el programa de ejercicios podría adaptarse a sus necesidades específicas con respecto a su particular tipo de cáncer.
Como comentario final, Newton subraya el valor y la necesidad de hacer ejercicio, como parte del tratamiento estándar contra el cáncer:
"Actualmente, la evidencia [sobre el ejercicio] es sumamente sólida, y los pacientes que padecen cáncer merecen esta medicina. Esta es una medicina muy poderosa. En realidad, aumenta su supervivencia y no tiene efectos secundarios.
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