Prevención de cancer
Actualmente se sabe que ciertos hábitos poco saludables suponen un alto factor de riesgo y pueden provocar cáncer. Todos tenemos la capacidad de llevar una vida saludable.
¿Qué es la prevención?
La prevención es el conjunto de acciones que se pueden realizar con el fin de disminuir la incidencia y/o mortalidad por cáncer.
La prevención tiene los siguientes objetivos:
Disminución de la incidencia: alrededor de un 40% de los cánceres se pueden evitar con hábitos de vida saludables.
Disminución de la mortalidad: se consigue una disminución de la mortalidad si se detecta el cáncer en sus etapas más tempranas y se aplican tratamientos específicos más sencillos y eficaces.
Definición de Prevención Primaria y Secundaria
La Prevención Primaria es el conjunto de acciones encaminadas a modificar los hábitos poco saludables de la población hacia otros más adecuados. Con esto se consigue evitar que los factores de riesgo actúen sobre un órgano concreto y causen en él alteraciones que puedan generar un cáncer.
Para que una persona modifique un hábito es necesario una serie de pasos:
Que posea información suficiente y veraz sobre un factor de riesgo.
Que tome conciencia del riesgo que supone mantener dicho hábito.
Que tome la decisión de modificarlo o evitar contacto con él.
Que mantenga a lo largo del tiempo el cambio de comportamiento.
Esto se consigue ofreciendo información a la población a través de campañas y llevando a cabo programas deEducación para la Salud en los que se conciencie y ayude a la persona a adoptar y mantener hábitos de vida saludables.
La Prevención Secundaria es la agrupación de acciones dirigidas a detectar precozmente determinados tumores malignos. Este conjunto de acciones se denominan programas de screening o cribado.
Cada programa se caracteriza por una serie de factores:
Debe ir dirigido a detectar precozmente un tumor concreto. Este tumor debe poderse diagnosticar bien en las fases más precoces de la enfermedad o en fases premalignas o en ambas circunstancias.
Es preciso determinar qué población sana tiene más riesgo de desarrollar dicho cáncer.
Debe existir una prueba que lo detecte de forma sencilla.
Es preciso que exista tratamiento eficaz para las fases tempranas de la enfermedad.
El objetivo de la Prevención Secundaria es disminuir la mortalidad de un cáncer, detectando precozmente la enfermedad mediante el cribado de la población que corre el riesgo de contraerla (población de riesgo).
¿Qué es un programa de screening o cribado?
Existen determinados cánceres que se pueden prevenir como el de pulmón, colon o piel. Otros se pueden detectar precozmente mediante la realización de una prueba sencilla como el de mama, colon o cérvix (cuello del útero).
Generalmente, en las fases tempranas el cáncer no produce síntomas. Para detectarlo es preciso que la población sana de riesgo para ese cáncer efectúe una prueba o test, que habitualmente es de fácil realización. Por ejemplo, la citología en el screening de cáncer de cuello de útero.
Un programa de screening o cribado consiste en la identificación de personas que probablemente posean un cáncer o lesión premaligna y que aún no tengan síntomas. Estos programas se deben ofertar y realizar de forma masiva en toda la población de riesgo para un cáncer concreto.
Cuando el resultado de la prueba o test del screening es positivo, siempre es preciso realizar más pruebas para confirmar o descartar el diagnóstico. Estas serán diferentes dependiendo del cribado que se esté llevando a cabo.
El diagnóstico tan temprano de la enfermedad conlleva ventajas importantes para la persona:
Generalmente recibe tratamientos menos agresivos y más eficaces que los que recibiría si el tumor estuviera en fase más avanzada.
Los efectos secundarios del tratamiento son menores, por lo que no se ve alterada su calidad de vida.
Si se diagnostica la lesión premaligna se puede evitar que esta progrese a un cáncer, por lo que la supervivencia es mucho mayor.
¿Qué se requiere para realizar un cribado?
Características de la prueba:
Debe ser una prueba de alta sensibilidad y especificidad.
Debe ser sencilla, cómoda, segura y aceptada por la población.
Ha de ser fácilmente reproducible e interpretable por distintos profesionales.
Existen una serie de circunstancias que hay que tener en cuenta en cualquier screening, y son los falsos positivos (resultado de la prueba positivo sin que la persona esté enferma) y los falsos negativos, en el que el resultado de la prueba ha sido negativo pero la persona está realmente enferma.
Estas situaciones implican una serie de problemas:
En los falsos positivos, es necesario realizar pruebas diagnósticas, (con las complicaciones que eso supone), para confirmar o descartar la existencia de cáncer a personas que realmente están sanas. En los falsos negativos se deja de diagnosticar a una persona con cáncer con el consiguiente riesgo de que dicho tumor progrese, ya que no se le administra tratamiento.
Es fundamental ofrecer servicios de calidad elevada tanto de diagnóstico, tratamiento y atención posterior a las personas cuyas pruebas den un resultado positivo.